domingo, 4 de agosto de 2013

Sin su mitad.


Y allí estaba sentado. Solo en aquel viejo porche. A la luz de una vela bajo un reluciente manto de estrellas. Los años no habían pasado en vano.  Se habían apagado el vivo color de las flores, el brillo de los grandes ventanales y deteriorado la blanca madera de las vallas.

Todas las noches, allí sentado. Acompañado de su, ya viejo y pulgoso, compañero fiel y una triste balada en el tocadiscos.

Todas las noches, en soledad. Imaginando como hubiese sido su vida si hubiera tenido la oportunidad de amar una sola vez.

No pasaba ni una sola noche en la que no se le encogiera el corazón y se le derramaran las lágrimas.

Ni una sola en la que no deseara haberse sentido vivo. Haber sentido como esa persona se estremecía entre sus brazos. Haberla tocado. Besado. Amado. Con locura. Con el único límite de un amanecer.

No pasaba ni una sola noche en la que no muriera por dentro por no haber muerto antes por amor.


Ni una sola.

domingo, 14 de julio de 2013

¿Y si...?



A veces, intentamos protegernos de la realidad estableciendo una fuerte zona de confort que al final resulta ser contraproducente. Peor el remedio que la enfermedad.

Esa burbuja  que creamos, lo único que consigue es producirnos una sensación de seguridad cuando en realidad lo que consigue es expander todos nuestros miedos como si de un tumor se tratase, limitándonos cada día más y más. Y cuando nos queremos dar cuenta nos da miedo todo: realizar nuestros sueños y metas, inyectar una dosis de emoción a nuestra vida, vivir nuevas experiencias...

La cuestión es que nos dejamos llevar por el tóxico y "Y si". ¿Y si no lo consigo? ¿Y si es peligroso? ¿Y si no me lo paso bien?

El peligro y el fracaso está en todas partes así que es absurdo dejarte llevar por un pequeño "Y si".  Al final acabas rechazando por miedo cuando incluso en tu propia zona de confort existe el peligro.

No digo de ir de locos por la vida pero que esas pequeñas dudas no nos impidan vivir porque podríamos perdernos algo maravilloso a cambio de una aparente estabilidad.

Ayer mismo, fui de escalada. En cuanto vimos la montaña se nos encogió el estómago, sin embargo la adrenalina y la emoción que sentíamos muchos de nosotros al querer subir la montaña pudo con nuestras pequeñas inseguridades. ¿Y si es peligroso? ¿Y si me caigo? ¿Y si me da un ataque de pánico? Al terminar, muchos de mis compañeros no se arrepintieron en absoluto de haber escalado esa montaña porque las vistas y la experiencia fueron maravillosas.

Qué después la práctica sea mucho más difícil, vale...pero habrá que intentarlo.

martes, 9 de julio de 2013

La foto



Esta noche no dormiré entre tus brazos.  
No disfrutaré del olor de tu pelo recién lavado.
Esta noche no.
 Mi cama yacerá vacía.
Las velas, ya consumidas, esperarán junto a una cena intacta.

Te habías ido dejándome solo. Destrozado. Para siempre. Con el alma desquebrajada en pedazos.

La oscuridad envolvía el silencio que invadía cada habitación de la casa. Un profundo vacío impregnaba las paredes.

Solo una tenue y cálida luz alumbraba un rincón del salón. Una semilla de esperanza entre todo aquel desencanto. Vi entonces una foto. Me quedé mirándola desde aquel incómodo sofá.

La foto de nuestro verano. En ella, la noche había caído y el contraste de la luz de luna permitía adivinar la figura de un lobo en el perfil de la montaña.

Desde ese verano, prometimos ser fieles a nosotros mismos. Para siempre. Prometimos no achantarnos ante nuestros miedos. Prometimos ser libres. Sin ataduras. Decidimos dejarnos llevar por nuestro corazón, intuitivo e irracional. Decidimos ser salvajes…como aquel lobo.

Observé durante unos segundos aquella foto. Fue entonces cuando me di cuenta de cuál había sido nuestro error.

Tú y yo ya nos habíamos desgastado. Ninguno podía dar más de sí. Ya no había amor, solo nos necesitábamos por pura costumbre. Y es en este punto cuando ya no podíamos aportar nada más. Ese punto en  el que estamos fallando a nuestra promesa: ser uno mismo.  El punto en el que nos tendremos que levantar y construir de nuevo un precioso horizonte, como lo fue el nuestro durante tantos imborrables meses.

viernes, 7 de junio de 2013

Palabras

Cuando me quise dar cuenta, ya fue demasiado tarde. 

Mis dedos, confiados, en tu pelo se enredaban.

Ignorantes de la falsa promesa de un mañana, 

que tanto desdibujó el firme horizonte.

jueves, 30 de mayo de 2013

Pulsión

Bastardo será aquel que ose burlar el apellido, más yo convertiré mi cuerpo en objeto de deseo, porque aún gozo de la no eterna belleza fruto de mi juventud.

Bastardo seré entonces, pues me entregaré sin pudor, no a un solo cuerpo desnudo, sino a dos. Y si aún no se llega a calmar mi sed, buscaré el placer entre todo aquello que consiga desatar las más oscuras y salvajes pulsiones que subyacen en el fondo de mi ser.

Bastardo quiero ser, porque mi miembro ansía desde hace días por descargar. Y no me importa que de hombre o mujer se trate porque el fin es el mismo: apaciguar la bestia que ruge en mí con un hambre voraz.

Y entonces, hablarán. Juzgarán sin conocimiento y la envidia proyectará en mí la peste que tanto temen.

Seré el bastardo promiscuo de todos pues haré realidad los sueños fetiches que esos miserables no serán capaces de realizar en su vida.

Comeré sin  hambre y beberé sin sed. Seré como el niño que aún con su capricho en las manos, exige más y más.

Empezaré con una mujer. Primero la desnudaré. Luego besaré la blanca y delicada piel de su cuello. Rozaré con mi lengua sus suaves y redondeados senos. Me arrodillaré ante ella para averiguar cuál es el embriagador olor que emana de su entrepierna. Y cuando lo descubra no dudaré ni un solo momento en penetrarla con mi lengua. Estará poseída completamente . Se retorcerá de placer y gemirá como si de un animal se tratase.

Para mayor espectáculo de los cobardes que no supieron gozar de  de esta maravilla y son ahora presa de la autosatisfacción, unas bastas y rudas manos me rodearán el torso. Bajarán por mi abdomen hasta llegar a mi ya duro miembro. El éxtasis invadirá cada poro de mi cuerpo. Y vendrán muchos y muchas más. Penetraré con fuerza la virginidad que tanto aprecian las madres de sus desvergonzadas hijas. Probaré el dulce néctar que emergerá de la más basta y enorme verga. Practicaré la felación, el cunnilingus, la sodomía, el beso blanco y el beso negro. Gozaré de todo aquello que me proporcione placer.


Y al acabar...Al acabar nada habrá qué decir, porque cualquier palabra resultará ya insulsa. No conducirá a nada. Y solo quedará el continuo y agonizante murmullo del qué dirán.

domingo, 19 de mayo de 2013

Un único destino.


Canto de tenores y barítonos, 
Calmada el agua de la mar, 
Violentos contrabajos que preceden 
a una tierra muerta y hastía.

Pétalos sin rumbo en la tormenta, 
cabalgan con el viento,
 y con el estruendo de los tambores.
anuncian una batalla y un fin. 

Espadas de fuego e ira, 
se blanden bajo un imponente cielo. 
Mis labios bañados en sangre,
Anhelan un último beso. 

Tu beso.

Por tu amor  he desencadenado,
la más grande y épica de las batallas,
jamás contada.

lunes, 13 de mayo de 2013

Verso endecasílabo




Cuando me enamoré de ti

Esperando siempre de madrugada.
Por mi balcón, la primavera asoma.
Me regala su dulce y fresco aroma.
Adorando el contoneo de tu falda.

Y vinieron los días de verano.
 El sol, en un dorado te bañaba,
y al agua del mar, de cristal  pintaba.
Por tu amor, fuí un feliz lozano.


jueves, 2 de mayo de 2013

Aquella habitación del séptimo piso.




La noche había caído y las luces de la ciudad penetraban por la ventana del séptimo piso.

Ella, tumbada en la cama, giró la cabeza y le miró:

"Fue realmente mágico. El tiempo se paró. Nada más importante existía. Nada más importante que mirar sus ojos. Observar lo hermoso que era. La forma de sus labios, la curva de su nariz, sus pestañas y su alborotado cabello. Tumbado sobre aquella almohada blanca, como si de un ángel se tratara, caído del cielo para regalarme su sonrisa. En esa habitación. A esa hora exacta. Allí, conmigo."

Él, tumbado en la cama, a punto de romper a llorar:

"Fue realmente doloroso. Las agujas del reloj no avanzaban. Como si cosechara lo que había estado sembrando. Como si mereciera estar retorciéndome de dolor. Observar lo perfecta que era. La forma de su pelo, la perfecta curva de sus pechos, sus mejillas sonrosadas y su dulce sonrisa. Tumbada sobre aquella almohada cubierta de mentiras y cobardía, como si el mismísimo diablo me hubiera castigado por entregarme cuando no era ella a la que realmente amaba. En esa habitación. A esa hora exacta. Allí, conmigo, con una persona que no era yo."

Ambos se acercaron y se dieron su primer beso. Ella lloró por amor. Él, por traición.

domingo, 28 de abril de 2013

El libro



¿Qué ocurrirá cuando llegues a la última página?

¿Habrá una historia que contar? ¿ O quizás leíste un libro del que ni siquiera te acuerdas? ¿Tan superficial eres?

¿Te hará sentir al contarla lo mismo que te hizo sentir cuando la fuiste conociendo, poco a poco, página a página?

¿Podrá poner tus vellos de punta?


 ¿Podrás volver a sentir el olor de los limones de aquella cocina verde? ¿Podrás volver a sentir aquel mágico beso bajo la lluvia? ¿Y la hierba recién mojada de un día de lluvia? Mmm…el olor a tierra mojada.

¿Tendrá un final feliz?

¿Habrá merecido la pena leerla? ¿Habrá merecido la pena invertir tiempo para llegar al final?

¿Habrás disfrutado de cada página?

¿Y  de cada personaje? De sus virtudes...Y defectos también.

¿Podrás apreciar cada detalle de cada ambiente?

¿Llorarás por que se haya acabado y te hayas dado cuenta de que ya no hay más? O… ¿darás las gracias por esa magnífica e impresionante historia?

¿Sentiste el tacto de cada página? De la portada, la contracubierta…

¿Era áspera, suave, rugosa?

¿Disfrutaste del olor de sus páginas?

¿De qué color eran? ¿Blancas o tenían ese teñido amarillento que tanto recuerdan a un pergamino?

¿Te reconfortaron aquellas páginas cuando estabas triste, desilusionado, frustrado o angustiado?

¿Te ilusionaron?

¿Aprendiste con ellas?

Y…lo más importante de todo. Esas páginas… ¿Te han hecho respirar? ¿Sentirte vivo?

Lee siempre. Hasta el final. Con ilusión, con coraje, con frenesí. Disfruta leyéndo. Siéntelo. Vívelo. 
Porque cuando llegues al final y cierres la cubierta te darás cuenta de que acabas de poner fin a una historia. Y te darás cuenta de que ya no hay más nada que leer. La historia se acabó.

¿La viviste?

Ahora mírate.En el sitio en el que estás. Piensa en tu vida y empieza a disfrutar desde ya. A vivir cada instante. Empieza a escribir tu historia. ¡La que quieras! Con la que siempre hayas soñado, porque es tu libro y cuando llegues al final querrás que haya sido un gran libro y eso, amigo, está solo en tus manos y en tu imaginación.

Las páginas, aún,  están en blanco. Es tu oportunidad ;)

FIN

lunes, 22 de abril de 2013

Siempre Sevilla.

Sevilla y tú. Siempre tú.

La transformaste en un sueño.
El sueño en mi realidad.
Y ahora sueño de noche,
que ella vuelve a respirar.

De tus manos, labios y ojos,
enamorada quedó.
Y por todas nuestras lágrimas,
entristecida murió.

Por eso cuando la cruzo,
de sus recuerdos me viste.
Por eso cuando la miro,
aquella historia revive.

Sevilla y tú. Siempre tú.


lunes, 4 de marzo de 2013

Aquel niño con zapatos nuevos color crema


Aquel niño vestía pantalón corto de pana azul marino y camisa de cuadros celeste y blanca. Llevaba también unos llamativos tirantes rojos y unos zapatos nuevos color crema.

Estaba pisando suelo, un precioso y cálido parqué. Se encontraba en una enorme habitación sin ventanas que no llegaba a cerrarse a simple vista. Parecía que sus dimensiones eran infinitas. De cada uno de los planetas, estrellas y galaxias que se encontraban en la habitación,  brotaba una tenue y acogedora  luz, creando un bonito escenario de luces naranjas, azules y blancas que se difuminaban en la oscuridad. Aquel escenario se fundía en armonía con el sonido de un lento latido de corazón que se escuchaba en toda la estancia. Resultaba realmente placentero estar allí.

Entonces, el chico vislumbró un enorme cometa que se movía en la pared. Brillaba intensamente y desprendía un agradable calor. La forma rocosa del comenta agrietaba la pared en la que se dibujaba.  Puso la mano en ella para tocarlo y empezó a correr tras el comenta con una enorme sonrisa esbozada.

Estuvo horas recorriendo aquella pared agrietada e infinita, sintiéndose el niño más feliz del universo y desgastando sus nuevos zapatos color crema.

sábado, 16 de febrero de 2013

"Haikus"

"Haiku"= tipo de poesía tradicional japonesa. Se trata de un poema muy breve, generalmente formado por tres versos con una métrica de 5-7-5. Normalmente expresan el asombro por la naturaleza. Yo he querido expresar el instante.

(I)

El tren llegó.
Te busqué entre la gente.
Vi tu mirada.



(II)

Con la canción,
avivas las cenizas.
Te haces presente.

Coger el toro por los cuernos

Rutina. Así puedo definir mi día de ayer, mis días de la semana, el mes y el año. Sin exaltaciones ni espontaneidad. Sin frenesí. El mismo camino, la misma rutina.


Me desperté sin ganas. No había podido dormir bien por el malestar que tenía en el cuerpo desde hacía unos días. Era demasiado temprano y hacía mucho frío. 

Abrí el armario. No sabía muy bien qué ponerme y eso como cada mañana, me sacaba de quicio. Sabía que al salir de casa me encontraría con el frío helado mañanero  luego el calor asfixiante del tren y por último, el frío y el viento nuevamente.

A pesar de la "gran euforia" con la que me levanté tenía ganas de volver a mi rutina diaria, estar activo, volver a ver a mis compañeros y sobre todo empezar un nuevo cuatrimestre. Una nueva oportunidad para cumplir lo que siempre me digo: este cuatrimestre irá mejor, profundizaré más en la asignatura y estudiaré desde el primer día. La utopía del estudiante.

Llegué a la facultad. Las asignaturas presentadas prometieron mucho, en especial Escritura Creativa. Parecía ser diferente y querer aportarnos mucho más de lo que normalmente se le exige a un programa.


Este cuatrimestre pintaba muy duro, con muchos trabajos y poco tiempo libre. ¿Qué pasaría ahora con el proyecto que tenía en mente? No tendría tiempo para pre-producir y realizar el cortometraje. Era frustrante. Llevaba tres años en la facultad y aún no había hecho nada significativo. Tres años de carrera. Sin embargo, me sentí aliviado. Era un proyecto que me daba un poco de miedo por ser el primero y la dificultad del nuevo cuatrimestre se presentaba como una excusa.


Terminaron las presentaciones. Cogí el autobús y el tren. Eso sí que es cansino. Esperar al autobús, recorrido de media hora; esperar en la estación, veinte minutos; coger el tren, recorrido de veinte minutos y luego otros 20 minutos andando para ir a casa. Todos los días, el mismo camino.


Llegue a mi casa. Almorcé y me acosté un rato. El malestar con el que llevaba varios días y con el que me levanté había aumentado con el cansancio de la mañana. No tenía ganas de nada. No me planteé qué hacer con respecto al cortometraje, ni me planteé buscar nuevos objetivos. Solo dormí. 

Me metí en la cama y como de costumbre, me retorcí de placer entre las frías sábanas . La almohada también estaba fresquita. Eso me encanta. Es muy reconfortable.


Me desperté con la misma ilusión con la que me levanté. ¡Qué espíritu tan jovial y emprendedor! No hice nada en toda la tarde. Solo jugar al ordenador ,recoger la cocina y mi habitación, que siempre, como por arte de magia, acaba igual de caótica al día siguiente.


Llegó la noche, cené y me puse a ver el programa de antena tres “Tu cara me suena” con mi madre. Eso sí que me gusta, disfrutar del tiempo junto con los seres a los que quiero. Al terminar, me fui a la cama. 



¿Y mañana? 

Rutina. Así puedo definir mi día de ayer, mis días de la semana, el mes y el año. Sin exaltaciones ni espontaneidad. Sin frenesí. El mismo camino, la misma rutina.


Pero soy yo el responsable de esta situación, la vida me está tratando muy bien gracias a Dios. Soy yo el que no lo hago, el que dejar pasar los días muertos como si nunca fueran a acabarse. El que tiene la oportunidad de brillar y no reluce. 










martes, 12 de febrero de 2013

Algo inesperado

A veces tengo la profunda sensación de que me falta algo.

Vivo con los pies en la tierra, actuando con lógica y sensatez, en cada cosa que hago. Hace mucho tiempo que no soy espontáneo, que no me dejo llevar.

A veces hecho en falta un poco de acción, de espontaneidad. Una  exaltación, una dosis de locura, de frenesí.

Hace tiempo que no haga nada realmente vívido. Solo rutina. Las mismas cosas. El mismo camino.

No digo con esto que mi vida sea una mierda, en absoluto. Estoy muy agradecido de todo lo que tengo. Pero es lo que siento.

Una de las cosas que quizás se pueda acercar a esa dosis de vida, es la locura de amar con el corazón. Sin frenos. Sin razón.  Quizás sea por eso por lo que siento una profunda sensación de que me falta algo, porque hace mucho tiempo que no me enamoro.

Puede que tenga que encontrar otras alternativas que me supongan el chute que necesito.

O quizás no me haga falta nada y me guste simplemente regocijarme en el anhelo y las canciones de amor.






sábado, 9 de febrero de 2013

Lo que se le llama comúnmente como "echarle un par de cojones"

Lo que nos retiene en la vida es la arquitectura invisible del miedo. Nos hace permanecer en nuestras zonas de bienestar, que son, en realidad, los lugares menos seguros en los que vivir. De hecho, el mayor riesgo en la vida es el de no correr riesgos. Sin embargo, cada vez que hacemos aquello que tememos, recuperamos la fuerza que nos ha robado el miedo, porque nuestra fuerza reside del otro lado de nuestros temores. No puede haber concesiones. Cada vez que asumimos el malestar que generan el crecimiento y la evolución  nos volvemos más libres. Cuantos más miedos afrontemos, más poder recuperaremos. De esta forma, nos volvemos no solo valientes, sino poderosos.

Las cartas del monje que vendió su ferrari, Robin Sharma

martes, 8 de enero de 2013

Una maravilla


No sé solfeo, no coloco las manos de manera correcta, no tengo técnica. Pero a pesar de ello, lo disfruto. Disfruto cuando toco el piano y al disfrutarlo, lo toco bien.

No todas las veces, lo toco igual de bien. Solo, cuando lo siento, cuando estoy solo.

Sentir la música es una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida. Que respire dentro de ti.

Solo cuando llegas a unirte a ella, puedes experimentar el placer. El placer de fusionar tu alma con la música.

Hoy he tocado el piano y lo he vuelto a sentir. ¿Qué siento?
Placer. Es brutal, es intenso, es desgarrador, similar al placer sexual. Te aíslas  te abstraes y solo sientes. No piensas, solo sientes, es increíble. Sientes cómo corre por tus venas. Te retuerces de placer, te estremeces  como si le estuvieras haciendo el amor a la persona a la que amas.

Muchas personas se reirán de lo que estoy escribiendo, pensarán que estoy exagerando o que estoy mal. Pero no estoy exagerando ni una sola palabra. El pianista que se mueve y baila cuando toca, no es porque esté exagerando. Ese pianista está haciendo el amor con su piano. Lo está tocando con pasión.

Pero claro, el amor nunca lo hago delante de nadie, solo cuando me encuentro conmigo mismo, en soledad.

martes, 1 de enero de 2013

La tendencia natural


Es realmente frustrante que en la mayoría de las veces resulte ser una decepción tras otra.

No me gusta considerarme una persona que depende de alguien  para sentirse completo, porque no creo en absoluto que ese alguien sea necesario para ello. Hay muchas cosas que pueden darte la felicidad plena. Pero quizás el ser humano tiene la tendencia natural de sentirse bien y mejor cuando tiene a esa persona especial a su lado. Creemos que tenemos que estar con ese alguien en nuestra vida. ¿Y si no es así, por qué tantos poetas, cineastas, músicos o científicos nos han hablado de amor?  Algunos de ellos mostrándonos su dolor, alegría, euforia, confusión o simplemente instigándonos a buscarlo, a vivirlo. Es algo que el ser humano, no sé por qué, necesita.

Pero no es sobre si se puede ser completamente feliz  o no sin ese alguien sobre lo que quiero hablar, sino sobre la cantidad de veces que nos frustramos en esa búsqueda.

Lo que me choca, es que este mundo es una verdadera mierda para encontrar a ese alguien. Un mundo superficial donde todo cambia rápido. Donde hoy te amo perdidamente pero mañana ya habré perdido la euforia o donde hoy estoy bien contigo pero mañana quizás me interese otro.

Es por eso por lo que pienso: ¿cuándo puedes abrirte sin hacerte daño? ¿Cuándo puedes ilusionarte sin que después resulte que todo ha sido en vano?

Aunque hables mucho con alguien, haya muchos alagos e indirectas, cientos de señales, quedéis y os gustéis, incluso aunque pase algo más allá de todo esto, incluso aún así, nunca será suficiente para decir "Voy a abrirme, voy a dejarme llevar y voy a ilusionarme" porque en cualquier momento todo puede desaparecer. Lo peor de todo es que, algunas veces, todo desaparece sin más, sin ninguna razón. 

 Muchas veces te dicen "Pero es que el problema es que te rayas demasiado, hazlo y si sale mal pues no pasa nada". Yo ya sé que no pasa nada, pero no es tan fácil porque, aunque sea minimamente, siempre que decides conocer a alguien, albergas ilusión aunque no quieras. Ningún ser humano es de piedra y todo el mundo anhela en ciertos momentos sentirse parte de alguien.

Entonces resulta realmente confuso y decepcionante conocer a alguien porque no sabes cuáles van a ser tus cartas para jugar.

Supongo que estoy hablando de lo mismo que hablé hace tiempo:

"El verdadero reto de este juego consiste en dejar que ocurra, vivir el momento y aceptar que tarde o temprano esa ilusión se romperá. Ya sea con una persona a la que estás conociendo, con tu pareja o con tu amigo.

Lo curioso es que casi todo el mundo, a sabiendas de que su ilusión se romperá y se harán daño a sí mismas, deciden lanzarse.

Y no me refiero con esto solo al amor, sino a otros aspectos de la vida, a tus sueños y metas.

Y es que si decides no lanzarte a correr por miedo a una herida, nunca podrás experimentar la adrenalina que podrías llegar a sentir en esa carrera."

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