La transformaste en un sueño.
El sueño en mi realidad.
Y ahora sueño de noche,
que ella vuelve a respirar.
De tus manos, labios y ojos,
enamorada quedó.
Y por todas nuestras lágrimas,
entristecida murió.
Por eso cuando la cruzo,
de sus recuerdos me viste.
Por eso cuando la miro,
aquella historia revive.
Sevilla y tú. Siempre tú.
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