sábado, 16 de febrero de 2013

"Haikus"

"Haiku"= tipo de poesía tradicional japonesa. Se trata de un poema muy breve, generalmente formado por tres versos con una métrica de 5-7-5. Normalmente expresan el asombro por la naturaleza. Yo he querido expresar el instante.

(I)

El tren llegó.
Te busqué entre la gente.
Vi tu mirada.



(II)

Con la canción,
avivas las cenizas.
Te haces presente.

Coger el toro por los cuernos

Rutina. Así puedo definir mi día de ayer, mis días de la semana, el mes y el año. Sin exaltaciones ni espontaneidad. Sin frenesí. El mismo camino, la misma rutina.


Me desperté sin ganas. No había podido dormir bien por el malestar que tenía en el cuerpo desde hacía unos días. Era demasiado temprano y hacía mucho frío. 

Abrí el armario. No sabía muy bien qué ponerme y eso como cada mañana, me sacaba de quicio. Sabía que al salir de casa me encontraría con el frío helado mañanero  luego el calor asfixiante del tren y por último, el frío y el viento nuevamente.

A pesar de la "gran euforia" con la que me levanté tenía ganas de volver a mi rutina diaria, estar activo, volver a ver a mis compañeros y sobre todo empezar un nuevo cuatrimestre. Una nueva oportunidad para cumplir lo que siempre me digo: este cuatrimestre irá mejor, profundizaré más en la asignatura y estudiaré desde el primer día. La utopía del estudiante.

Llegué a la facultad. Las asignaturas presentadas prometieron mucho, en especial Escritura Creativa. Parecía ser diferente y querer aportarnos mucho más de lo que normalmente se le exige a un programa.


Este cuatrimestre pintaba muy duro, con muchos trabajos y poco tiempo libre. ¿Qué pasaría ahora con el proyecto que tenía en mente? No tendría tiempo para pre-producir y realizar el cortometraje. Era frustrante. Llevaba tres años en la facultad y aún no había hecho nada significativo. Tres años de carrera. Sin embargo, me sentí aliviado. Era un proyecto que me daba un poco de miedo por ser el primero y la dificultad del nuevo cuatrimestre se presentaba como una excusa.


Terminaron las presentaciones. Cogí el autobús y el tren. Eso sí que es cansino. Esperar al autobús, recorrido de media hora; esperar en la estación, veinte minutos; coger el tren, recorrido de veinte minutos y luego otros 20 minutos andando para ir a casa. Todos los días, el mismo camino.


Llegue a mi casa. Almorcé y me acosté un rato. El malestar con el que llevaba varios días y con el que me levanté había aumentado con el cansancio de la mañana. No tenía ganas de nada. No me planteé qué hacer con respecto al cortometraje, ni me planteé buscar nuevos objetivos. Solo dormí. 

Me metí en la cama y como de costumbre, me retorcí de placer entre las frías sábanas . La almohada también estaba fresquita. Eso me encanta. Es muy reconfortable.


Me desperté con la misma ilusión con la que me levanté. ¡Qué espíritu tan jovial y emprendedor! No hice nada en toda la tarde. Solo jugar al ordenador ,recoger la cocina y mi habitación, que siempre, como por arte de magia, acaba igual de caótica al día siguiente.


Llegó la noche, cené y me puse a ver el programa de antena tres “Tu cara me suena” con mi madre. Eso sí que me gusta, disfrutar del tiempo junto con los seres a los que quiero. Al terminar, me fui a la cama. 



¿Y mañana? 

Rutina. Así puedo definir mi día de ayer, mis días de la semana, el mes y el año. Sin exaltaciones ni espontaneidad. Sin frenesí. El mismo camino, la misma rutina.


Pero soy yo el responsable de esta situación, la vida me está tratando muy bien gracias a Dios. Soy yo el que no lo hago, el que dejar pasar los días muertos como si nunca fueran a acabarse. El que tiene la oportunidad de brillar y no reluce. 










martes, 12 de febrero de 2013

Algo inesperado

A veces tengo la profunda sensación de que me falta algo.

Vivo con los pies en la tierra, actuando con lógica y sensatez, en cada cosa que hago. Hace mucho tiempo que no soy espontáneo, que no me dejo llevar.

A veces hecho en falta un poco de acción, de espontaneidad. Una  exaltación, una dosis de locura, de frenesí.

Hace tiempo que no haga nada realmente vívido. Solo rutina. Las mismas cosas. El mismo camino.

No digo con esto que mi vida sea una mierda, en absoluto. Estoy muy agradecido de todo lo que tengo. Pero es lo que siento.

Una de las cosas que quizás se pueda acercar a esa dosis de vida, es la locura de amar con el corazón. Sin frenos. Sin razón.  Quizás sea por eso por lo que siento una profunda sensación de que me falta algo, porque hace mucho tiempo que no me enamoro.

Puede que tenga que encontrar otras alternativas que me supongan el chute que necesito.

O quizás no me haga falta nada y me guste simplemente regocijarme en el anhelo y las canciones de amor.






sábado, 9 de febrero de 2013

Lo que se le llama comúnmente como "echarle un par de cojones"

Lo que nos retiene en la vida es la arquitectura invisible del miedo. Nos hace permanecer en nuestras zonas de bienestar, que son, en realidad, los lugares menos seguros en los que vivir. De hecho, el mayor riesgo en la vida es el de no correr riesgos. Sin embargo, cada vez que hacemos aquello que tememos, recuperamos la fuerza que nos ha robado el miedo, porque nuestra fuerza reside del otro lado de nuestros temores. No puede haber concesiones. Cada vez que asumimos el malestar que generan el crecimiento y la evolución  nos volvemos más libres. Cuantos más miedos afrontemos, más poder recuperaremos. De esta forma, nos volvemos no solo valientes, sino poderosos.

Las cartas del monje que vendió su ferrari, Robin Sharma

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